Parafraseando parcialmente a Arjona, el problema no es que te estreses, el problema es que estresas a los demás.

Fuera de bromas, el estrés no es problema en sí, el problema es que el estrés genera (sólo por mencionar algunas consecuencias) depresión, ansiedad, migraña, dolores musculares (cuello, espalda), insomnio, trastornos cardiacos, de la piel, y obviamente emocionales, provocando agresividad, irritabilidad y ultimádamente, que nadie te soporte.

Un ejemplo, cuando estaba a punto de casarme, yo conscientemente no me sentía estresada, pero me salió un salpullido en la espalda que más que arder, como normalmente arde un piquete o algo así, esta cosa dolía por dentro, o sea no la piel sino el músculo o yo no sé de eso jaja, pero me dolía la espalda. Después de que me revisó el médico supe que en realidad era herpes de la piel, algo que sale generalmente a causa de un cuadro de estrés y debilita el nervio donde se presenta (o algo así). El punto es que, me explicó el doctor, aunque físicamente desaparece por completo, esa afectación en el nervio permanece «de por vida», y de vez en cuando volverá a dar molestias, precisamente cuando me sienta estresada.

Otro ejemplo, el mes pasado falleció mi abuelita, en los siguientes días no dormí muy bien y, en uno de esos, desperté con un ligerito dolor de cabeza. Mientras me arreglaba para irme al trabajo le comenté a mi esposo que me sentía mareada, pero no le puse mucha atención. Antes del trabajo pasé a dejar a mi bebé al lugar donde me lo cuidan y en la entrada me caí -hasta el piso-, huerco en brazos. Ya no supe si me tropecé porque andaba mareada (y con tacones) o si me mareé más porque me caí. Total, llegué a la oficina, afortunadamente en mi trabajo tenemos un médico de planta, el que me tomó la presión, me dijo que me veía muy nerviosa y lo primero que preguntó fue si tenía alguna situación de estrés o presión. Yo le dije que no, pero le comenté que me había despedido de mi abuelita días antes. Me empezó a hablar de que tenía que vivir el duelo y descansar. Como pude caminé al coche, mi esposo me llevó a la casa, tomé un licuado pero lo vomité, y me dormí como 8 horas, ya después estuve mejor. Me checó otro médico, y me dijo que no era más que cansancio.

¿Qué tienen mis ejemplos que ver contigo?

Muy probablemente te haya pasado o te vaya a pasar algo así. Porque de vez en cuando a todos «se nos carga el estrés», al punto que no lo podemos negar ni evadir porque sencillamente el cuerpo grita lo que no hablamos. Tal vez tú sí sabes cuando estás muy estresado, o quizá te pase como a mí, que no es algo de lo que yo sea consciente, pero de alguna u otra manera lo manifiesto (en la piel, con una migraña, etc); en palabras básicas, a veces nos truena la máquina, y no hay de otra que detenernos y escuchar.

Queriéndome como me quiero, y amando a mi familia como la amo, he decidido empezar a cuidarme en serio, ya no por mí sino porque hay gente que me quiere y no me puedo dar el lujo de andar enferma y no estar al 100% para ellos (y para ustedes que me leen of course).

Así que, en concreto, hoy les comparto los 5 tips para juntos cuidarnos más; cuerpo, mente y alma.

1. Haciendo ejercicio. Punto y se acabó, no hay pa´donde hacernos. El ejercicio es básico y todos lo sabemos, no tiene que ser nada que te mortifique, empezar por salir a caminar, correr o andar en bici 3 veces a la semana, es más que suficiente para relajarnos, y poco a poco podemos ir exigiéndonos más.

2. Comiendo sano. Rico, de todo, variado, procurando obviamente dejar para una o dos veces a la semana lo goloso, todo lo que sabemos que sabe muy rico, pero que no nutre mi sirve para nada.

3. Organizándome / Estableciendo prioridades. He encontrado que el estrés se genera, entre otras razones, a partir de que tenemos mil cosas por hacer y no hacemos ninguna. Nos pero-cupamos, pero no nos ocupamos. Por lo tanto, cuaderno en mano, a apuntar pendientes por orden de importancia, y a darle. Uno a la vez. Enfocándome en ese uno y no pensando en los demás.

4. Relajándome. A mí me funciona escribir, leer, quedarme 5 minutos extras en la regadera, una siesta de 20 minutos, disfrutar una comida rica, una cerveza, un pedicure. Encuentra lo que te funcione y a tí y gózalo.

5. Expresándome. Yo lo escribo o lo platico con mi esposo o mis amigas. Como decidas hacerlo (puedes bailar, nadar, gritar, pintar, escuchar música, etc), el punto es que hay que «sacarlo», me refiero a aquello que en particular te mortifica o disturba, siempre ayuda.

Para despedirme, (aunque el autor no me conozca ni gane yo un peso por promocionarlo) te quiero recomendar un libro que me sirvió bastante, de mis favoritos de crecimiento personal, se llama «El Monje que vendió su Ferrari», es muy famoso, y te dará muchos más consejos prácticos y una perspectiva muy padre para cuidar tu bienestar.

Ahora es tu turno, platícame. ¿Has tenido señales de estrés en tu vida? ¿Cuáles son otros tips que te funcionan a ti?

Siempre Pa´delante!,

– Marcia Benavides