La mayoría de los hombres no son lo suficientemente inteligentes para darse cuenta de que entre más alto eleven a su mujer, menos disponible está ella para otros hombres.

QUERIDOS HOMBRES:

Dada mi condición de mujer, obviamente no puedo opinar de la perspectiva de un hombre, por lo que normalmente escribo para ambos géneros o para las mujeres. Hoy, sin embargo, he decidido escribirles directamente a ustedes porque creo que nosotras nos quedamos muy cortas, hablando  en términos de esforzarnos, cuando tratamos de ser mejores mujeres/esposas/mamás/amantes/amigas, sin ayudarles a comprender nuestra naturaleza, nuestros pensamientos y cómo es que nos manejamos. Tal vez en algún momento me decida a escribir todo un libro en este tema, pero por ahora, me conformaré con compartirles algunos puntos, que a mi punto de vista y experiencia, son básicos para el funcionamiento de una relación. Vamos a empezar.

LA ESENCIA DE LAS MUJERES

Miren señores, las mujeres somos por naturaleza (comprendan esto, es naturaleza, no es personal, no es sólo su esposa ni su mamá, somos casi todas) inquietas, creativas, luchonas, guerreras, curiosas, complicadas, soñadoras, fuertes y sensibles a la vez, multifacéticas, entregadas, apasionadas y obstinadas, por mencionar algunos aspectos.

Al ser estas características, generalmente, esenciales a la mujer, cuando ustedes buscan modificar, alterar o en el peor de los casos, aniquilarlas, en resumen, están yendo contra lo que no pueden ir. Están buscándole tres pies al gato. Están queriendo tapar el sol con un solo dedo. Están queriendo ver negro lo que es blanco.

Seguro, habrá mujeres que no son conscientes todavía de su valor propio, que no se conocen a sí mismas aún y que por ende no saben cómo decirles lo que quieren y lo que no quieren, lo que pueden ceder y lo que no están dispuestas a negociar; pero no se confunda, muy dentro de nosotras mismas todas lo sabemos, porque lo traemos en nuestro ADN.

¿DE QUÉ LE SIRVE SABER ESTO?

Si se esfuerza por comprender y aceptar que su compañera/amiga/hermana/mamá es como es porque así la formó y la quiso Dios, su vida será mucho más plena y podrá formar/mejorar relaciones fuertes, sólidas y satisfactorias para usted y para ellas. Usted será más feliz y podrá contribuir a la felicidad de las mujeres en su vida; podrá entenderlas mejor y, en consecuencia, podrá ser un mejor hombre.

Fíjese, así como el hombre desde su creación es protector y le gusta cuidar de su mujer pero tampoco quiere sentir que ella no puede hacer nada sin él; a ella también, desde su orígenes, le gusta la seguridad que su hombre le da, le gusta sentirse protegida PERO no enjaulada, no que le quitan su espacio, su espíritu persistente o su poder de soñar.

«Una mujer es como una Barbie; puedes vestirla, desvestirla, puedes jugar con ella. Pero recuerda, un hombre no juega con barbies.»

Amigo, si usted quiere que su mujer sienta todos los días que está al lado del mejor hombre del mundo, cuídela. Valórela. Hágale saber que cree en ella y crea en ella, apóyela y cuando lo tenga mareado de tanto hablar, sepa que no es ella, es su naturaleza femenina la que no la deja callarse.

Cuando quiera entender por qué ella quiere ayudar a todos los niños que ve en la calle o toda la gente que le pide ayuda, sepa que es su instinto maternal, ella quisiera poder ser indiferente pero no puede. Cuando ella, otra vez, quiera salir a tomar un café/vino con sus amigas, recuerde que ella necesita hablar y que usted no tiene tanta paciencia como para escucharla dos horas seguidas (no es usted, es su naturaleza masculina también); déjela. Cuando su mujer quiera sexo, déselo, y cuando no lo quiera, tenga en mente que a diferencia de usted, ella (aunque no lo pidió) trae integrado un sistema que hace un reto entregarse físicamente con la misma pasión todos los días del mes; si un día anda con todo la energía y al otro muy sensible- no es ella, es su naturaleza. Cuando su mujer le pida más maquillaje, más zapatos y se tarde mucho en arreglarse, sea paciente y siéntase bien, ella está viva; preocúpese cuando deje de arreglarse, y recuerde que entre usted más bella la haga sentir, ella menos necesitará voltear a ver a otro hombre en busca de apreciación. Y ojo, su mujer puede sobrevivir si usted no le da siempre lo que quiere, pero no puede vivir si no le da lo que necesita.

«La mujer es como una flor, si la tratas bien florece, si no, se marchita.»   – A prueba de fuego. (película)

Ahora que si usted, mi estimado, decide ir en contra de las fuerzas de lo que simplemente es y quiere intentar cambiarla, puede pasar una de dos cosas: (lo más seguro) 1. su mujer lo va a dejar, y 2. permanecerá con usted, conformada e infeliz, lo que probablemente les garantice una vida miserable a los dos.

Deje de valorarla y observe como poco a poco ella se apaga, y usted la pierde.

Dígale lo bella que es, lo fuerte que es, la gran mamá que es, y véala crecer en todos los aspectos. Si usted se esfuerza por aprender cómo funciona y lejos de querer hacerla menos la eleva y la motiva, ella en consecuencia se esforzará por ser la mejor mujer que pueda ser- y usted será beneficiado.

Ejemplo. En vez de quejarse porque no hay nada hecho para comer o para cenar, dígale que no hay arroz tan rico como el que ella hace o recuérdele lo bien que le quedan las entomatadas, ¿me explico? Enfóquese en lo positivo.

Usted puede tener la mujer que quiera, porque su mujer puede ser todo lo que usted quiera. Un caballero sabe que la manera en que su mujer piensa, habla y se comporta dice mucho del hombre que tiene al lado.

Sea el hombre que su mujer merece. No hay nada más sexy que un hombre seguro de sí mismo.

Si esto le sirvió, compártalo con su mujer para ver si ella está de acuerdo; todas tenemos la misma naturaleza, pero cada una somos distintas.

– Marcia.