Todo el tiempo vemos frases del estilo de «Los ganadores nunca renuncian, y los que renuncian nunca ganan». En teoría, nunca debemos darnos por vencidos, pues lógicamente así no triunfaremos. Pero hoy te sugiero, piénsalo dos veces, tal vez a ti sí te conviene renunciar.

Efectivamente, una vez que sabemos con total seguridad qué es lo que queremos, lo ideal es permanecer en la lucha día tras tía, batalla tras batalla, sabiendo que vamos a caer y que hemos de levantarnos, que volveremos a fallar y debemos seguir insistiendo pues, como me encanta decirlo, nada que valga la pena es fácil ni rápido.

«El único lugar en que el éxito está antes que el fracaso es en el diccionario.» – Mark Twain

¿Pero qué pasa -y creo que generalmente sucede- si el camino/carrera/plan/meta/negocio que elegiste no es en realidad el que quieres, y te das cuenta de eso? ¿Tiene caso seguir insistiendo en lo que no te hace feliz?

Ni yo ni nadie puede decirte en qué serías exitoso o exitosa, más bien pienso que la mayoría de nosotros podemos ser buenos en diversas cosas e incluso hacerlas verdaderamente motivados, pero una verdadera pasión no siempre es fácil de encontrar, y menos de seguir, pues muchas veces implica salir de la zona de confort y dejar miedos atrás, alejarnos del status-quo.

Tal vez hoy estás haciendo algo que no te fascina, pero no renuncias porque tenemos muy arraigada la idea de que «no debemos renunciar», no «debemos ser unos fracasados».

Pero me pregunto, ¿cuál es la única manera de encontrar lo que genuinamente te mueve y hacer esto al máximo?

Y creo que la respuesta es, precisamente, intentando y «fallando» en mil cosas, una y otra vez. Y sí, tal vez eso implica renunciar más de una vez, antes de encontrar lo que verdaderamente te apasiona, ¿y qué?

«No he fracaso, he encontrado 10,000 maneras que no funcionan.» -Thomas A. Edison

Si no vinimos a la vida a aprender tras falla y error, ¿qué sentido tiene entonces vivir?

En resumen, hoy te quiero invitar a reflexionar en esta idea: Una vez que has encontrado -cien por ciento seguro- lo que quieres hacer, por favor, no renuncies. Pero, si estás haciendo algo que no te hace levantarte todos los días intensamente apasionado o apasionada, tal vez sería bueno que renuncies. Sólo tú puedes saberlo. Escucha tu corazón.

OJO** Por renunciar no quiero decir que simplemente lo dejes de un día para otro; eso no sería responsable ni de mi parte ni de la tuya. Lo que quiero decirte es que seas sincero(a) contigo mismo(a) y decidas conscientemente dejarlo eventualmente, por algo que sea mejor para ti.

¿De qué estoy hablando? Probablemente de eso que estás pensando. Tal vez un trabajo, tal vez una relación, quizá un proyecto o negocio, o «simplemente», el estilo de vida que estás llevando.

Y ciertamente, dejar algo a lo que hemos dedicado tiempo, esfuerzo y dinero, no es fácil. Nos va a doler.

Pero creo que duele más vivir una vida haciendo algo que no nos haga sentir plenamente felices.

«El cambio sucede cuando el dolor de permanecer igual es más grande que el dolor de cambiar.» -Tonny Robins

Recuerda, todo es para bien. Y así como todo lo que nos sucede tiene siempre un aspecto positivo, igual sucede con el renunciar.

El lado positivo de renunciar es que tienes una nueva oportunidad para empezar desde cero. Reinvéntate. Se tu mismo(a).

Algunos lo considerarán «abandonar» o «fallar». Yo lo veo como aprendizaje. Como queramos decirle, el punto es que la única manera de encontrar algo grande es intentando, y «renunciando» es muchas opciones antes. De cualquier manera, en cada experiencia hay siempre diversión y aprendizaje. Y si no estás aprendiendo todos los días, ¿qué estás haciendo entonces con tu vida?

«Renunciar no siempre es signo de debilidad, a veces significa que eres lo suficientemente fuerte para dejar ir.»

Te deseo una semana llena de éxito. ¡Siempre pa´delante.!

– Marcia