El problema de un problema emocional, no es en sí el problema, sino el problema que te puede crear.

¿Puedes recordar la sensación de las «mariposas en el estómago», del sudor de tus manos ante tanto nervio o como te temblaron las rodillas en una situación de miedo? ¿Has sentido «un nudo en la garganta» ante la impotencia de un fuerte enojo, o tristeza o quizá alegría?

Si has tenido cualquiera de estas experiencias, sabes que no necesitamos ser médicos o psicólogos para comprender que nuestras emociones tienen efectos directos e indirectos en nuestro cuerpo y estado de salud. ¿O no has escuchado que una persona tuvo un susto o alegría excesiva y le dio ataque cardiaco?

Jennifer Dubowsky es una acupunturista de Chicago, EUA, tiene maestría en medicina oriental y ella explica que, en ésta, se considera que hay siete emociones que generan las enfermedades; ira, miedo, conmoción, amargura, alegría, tristeza y preocupación. Lo que es más, cada emoción está asociada a un órgano particular de nuestro cuerpo, y de esa manera explican que cierta emoción afectará determinado órgano, y viceversa; si tienes una afectación orgánica, ésta causará una enfermedad o malestar emocional. Lo relacionan así:

• Ira – hígado
• Miedo – riñones
• Conmoción/susto (enfermedad aguda) – riñones y corazón
• Alegría – corazón
• Amargura (exceso de pensamiento y estimulación mental) – bazo
• Preocupación – bazo y pulmones
• Tristeza – pulmones

Necesitamos cuidar nuestras emociones. Urgentemente.

Yo misma, hace quince días tuve una especie de «breakdown» o crisis (crisis suena como muy fuerte, pero no sé cómo más decirle). Iba saliendo del trabajo y me sentía muy cansada, le pedí a mi esposo que en el trayecto oficina-casa no hablara para poder descansar los ojos 10 minutos por lo menos (llegando a mi casa empieza mi segunda jornada con mi niño de 1.4 años jeje, las mamás entenderán)… llegamos a casa de mis papás donde comeríamos ese día pero no llegué a la cocina, me sentí mareada, se me durmieron los labios y se me aflojaron los brazos, me sentía súper débil y me tuve que acostar como 20 minutos. Me recuperé un poco y me tomaron la presión, estaba normal. Comí algo sencillo y me dormí, pensando que ya me había recuperado y sólo tenía que descansar. Una hora después me despertó un tremendo dolor de cabeza, en cuanto abrí los ojos supe que no era el tipo de dolor de cabeza que se te pasa con una cafiaspirina… para no hacerles el cuento más largo me tuvieron que inyectar para el dolor, estaba, en palabras del doctor, «hiper-respirando» (creo que es cuando no alcanzas a respirar y haces mucho esfuerzo, estaba muy agitada y sentía que me faltaba el aire). En resumen creo que fue migraña pero a ciencia cierta pues hasta el momento no sé. Ya me hice estudios de laboratorio y aparentemente ando bien…

Ese día había estado trabajando bajo mucha presión. Me explicó el doctor que hay distintos tipos de migraña (es apenas la segunda vez que me pasa esto); puede causarla ciertos alimentos, y ahí te va, también puede causarla el asqueroso estrés.

Yo creo que a nadie tengo que convencer ni explicar, hoy por hoy la mayoría hemos vivido alguna situación que nos ha estresado, y no sé, espero que en tú caso no haya pasado a mayores. Pero la verdad, es que sí pasa a mayores, muchas veces.

El estrés puede llevar a otros tipo de enfermedades como ansiedad y depresión, y sí, éstas son enfermedades, que pueden llegar a ser graves.

Y no, no es mi intención preocuparte hoy.

La idea es, como siempre, motivar tu reflexión.

Hay dos problemas de los problemas emocionales que, en mi punto de vista, necesitamos atender.

1.Los problemas emocionales causan problemas físicos.

¿Cómo están tus emociones hoy? ¿Cómo estás, realmente? ¿Qué te preocupa? ¿Está en tus manos solucionarlo, o te estás pre-ocupando, «de oquis»? ¿Has tenido algún tipo de dolor específico últimamente; garganta por ejemplo? Tal vez sería bueno que te preguntes si alguna de tus emociones puede estarte motivando algún dolor o enfermedad.

2.Los problemas emocionales se reproducen.

Yo sé que no lo deseas, pero probablemente tus conflictos emocionales están afectando a tu familia, amigos y/o compañeros de trabajo.

Y eso genera un entorno de falta de paz y armonía, un círculo vicioso que se alimenta de energía negativa y actitudes destructivas. Todo lo contrario a un mundo feliz.

Y todo esto tiene solución.

Te invito a ponerle atención a tus emociones. Hoy en día hay demasiadas herramientas para sentirnos mejor y de buscar ayuda si consideramos que la necesitamos- yo francamente creo que todos podemos recibir ayuda en alguna área de nuestras vidas. Una manera muy sencilla es empezando a formarnos el hábito de leer temas que nos hagan crecer.

Si tienes actualmente una situación emocional que te esté afectando significativamente y creas que no va a mejorar con leer y practicar actitudes positivas, no dudes en buscar ayuda.

Para despedirme, 3 tips muy sentillos:

Ocúpate de tus emociones hoy por gusto, para que no tengas que hacerlo después por necesidad.

No tomes decisiones permanentes cuando la emoción que tienes ahorita es pasajera.

Practica identificar y disfrutar tus emociones, después de todo son tus emociones las que te hacen ser humano(a).

Como siempre, espero con gusto tus comentarios!

Un abrazo, y que tengas una excelente semana.

– Marcia